Es un honor poder participar en esta exposición organizada por Mariví Escribano. Da igual que tenga la semana complicada, que tenga un montón de trabajo o que tenga los ojos para el arrastre de tanto trabajo en el ordenador, que si ella me dice “expón” lo dejo todo.
Y es que esta artista multidisciplinar, cuya mente no deja de gestar proyectos artísticos, hace que lo que esté cerca de ella se potencie. Es una de las personas más creativas e interesantes que conozco. Es como mamá invernadero: con semilleros con nutrientes para sí misma y para los demás, repartiendo inspiración en cuanto ve el mínimo resquicio. Así que no tenía más opción…
Fue el martes 2 de marzo de 2021 cuando me llegó un mensaje suyo: «Vamos a montar una exposición de cara al 8M. Te apetecería participar con alguna de tus obras? Me sentiría muy halagada. Ya me cuentas.» Sonaba muy bien, sólo había un pero: que la obra tenía que estar en el lugar de la exposición en dos días… Le pregunté más detalles y me dijo que podía participar con la obra que quisiese. Pero claro, yo no me siento muy «artista al uso» y todo lo que tenía hecho para exponer la temática era o rockera -exposición Rock Bites!- o muy paródica -Feria Orco-. Con lo cual pasé un día entero dándole vueltas a la cabeza, porque una cosa sí tenía clara: quería participar en la exposición porque todas las colaboraciones con Mariví había sido «a la sombra»; haciendo páginas web o ayudándola a modificar dibujos suyos en blanco y negro para darles color y me hacía ilusión hacer algo distinto con ella. Pero no me decidía, además tenía una serie de compromisos y entregas de trabajo ineludibles.
Entonces ocurrió: un arrebato de inspiración. La misma mañana del jueves, que se acababa el plazo porque ese día tenían que dejar montada la exposición, a las 8 de la mañana y en menos de 20 minutos escribí una poesía sobre ser mujer:
«Sólo soy mujer,
nombre femenino, sustantivo común, singular.
Soy mujer,
aunque esa nomenclatura conlleve muchas cosas:
Ser etiquetada como más débil,
escuchar prejuicios sólo por mi condición,
andar por caminos pedregosos
mientras otros pasean por tranquilas sendas asfaltadas.
Nacer combatiendo, sin saber por qué.
Soy mujer,
y muchos no saben que bajo mi apariencia
pequeña, tranquila y dulce
soy ácida, puro nervio y enorme.
Soy fuerte, soy resistente, multifacética.
He luchado guerras internas que nadie conocerá jamás
conmigo misma como víctima y atacante.
Soy mujer,
y puedo ser muchas cosas a la vez:
hija, hermana, amiga, compañera, madre, creadora…
Soy caos: un torbellino de pasión y creatividad
que destruye brutalmente y construye delicadamente.
Soy compasiva, pero por los míos puedo ser despiadada
puedo dar el cielo y el infierno
puedo quererme y al instante odiarme,
soy cíclica y hormonal:
me vuelvo del revés, me deconstruyo, me reinvento.
Un mecanismo extremadamente complejo y extraño
soy una aparente contradicción.
Soy mujer,
y no soy tan diferente de los hombres
y ellos no son tan distintos de mi.
Todos con nuestros sueños y anhelos,
con nuestros miedos y esperanzas,
con ganas de desplegar las alas,
y ser libres.»
Pero tenía un problema: no me decidía cómo terminarla: varias ideas para la última estrofa pero ninguna me acababa de llenar. Y no tenía tiempo de maniobra, tenía las otras entregas y tenía que mandar el documento lo antes posible. Por suerte ahí está mi corrector y «muso», como yo suelo decir: «a veces detrás de una gran mujer hay un gran hombre» Lucas me propuso unas correcciones a la última estrofa, cambiar a plurar para hacer ese alegato feminista:
Somos mujeres,
todas iguales, todas diferentes y únicas.
Somos mujeres, luchando a diario por un mundo más justo.
Donde no tengamos que tener miedo por ser lo que somos.
Donde no tengamos que tener miedo por ser nosotras mismas.
Donde no tengamos miedo sólo por haber nacido mujeres.
Así que rauda y veloz cogí un par de elementos de ilustración que la poesía fuese más visual. La imagen de la chica con el lápiz y el libro me pareció potente y elegí unos tonos de morado tan asociados al feminismo y a la creatividad. Aquí podéis ve el resultado:

Así que en el día de la Mujer, me acercaré a ver la exposición que tanto cariño ha puesto Mariví, en el espacio para los artistas del Barrio de la Concepción que ella misma creó: el centro Nave Nueve, que sirve como estudio de arte para múltiples artistas de la zona y que también se puede transformar en una galería de arte, como hace en esta ocasión, a ver ese trabajo de más de treinta mujeres. Muy pronto espero compartir por aquí la galería de imágenes.
Si queréis asistir a la exposición en el cartel tenéis hasta finales de mes de marzo de 2021. El estudio de arte está en la Calle Virgen de Nuria 9. Lo único recordad que hay que pedir cita previa.
Más información:

¡Feliz día de la mujer!