Premio Especial Ediciones de La Torre EL FUNGIBLE. Mejor relato juvenil 2000.
“Mis sueños eran cada vez más terribles: veía un derrumbamiento de tierra que se tragaba a mi hija, a Mary, a Jessica... Algo exagerado, incluso los edificios eran devorados por la tierra. Yo quería coger a todos, no podía. A mí no me arrastra; entonces el agujero se cierra sobre sí; tengo suerte y soy el único superviviente; terrible, solo en el mundo sin mis seres queridos. Entonces veo en una piedra mi última solución; me la tiro a la cabeza para poner remedio a todos mis males; ahí es cuando me despierto empapado de sudor, exaltado.”
- FRAGMENTO El Último Descubrimiento
El proceso de cómo escribí este relato es muy curioso. En mi adolescencia, escribía relatos breves de Terror, “historias Macabras” las llamaba, para divertirme y divertir a mis familiares y amigos. Después de algunos algo escatológicos llegaría el “El Lanzador de Cuchillos”, y después pensé en una pesadilla que había tenido años atrás y quise usar parte del final para esta historia.

La sinopsis, sin destripar mucho la historia, es la clásica “Un hombre atormentado por su pasado…” El protagonista es un geólogo que perdió trágicamente a su primera mujer y a su hija mayor (esta última en un accidente laboral en una excavación en la que ambos trabajaban juntos). Releyendo ahora se podría decir que el personaje es un poco cenizo, pero no nos paremos en esos detalles, esta historia además de misterio tiene tintes ecológicos, la consecuencia de lo que pasa cuando jugamos a ser dios. Aquí dejo el enlace para leerla, porque a continuación voy a hacer “spoiler” de la trama y de cómo fue el proceso de creación del mismo, si quieres leerlo este es el momento antes de seguir leyendo esta reseña.
TODO COMENZÓ CON UN MAL SUEÑO...
Una noche tuve una pesadilla. Tendría unos 12 años. Tengo el resumen de ese mal sueño porque solía apuntar mis sueños y pesadillas más curiosas en un libro de sueños.

Día no lo sé, sueño. (1994)
Estaba en una caseta de mentira del parque de los patos* y estaba con amigos y también había un minitorbellino que venía detrás de mí y para no morir del torbellino me tiraba una piedra a la cabeza”. Fin- TRANSCRIPCIÓN DEL SUEÑO QUE TUVE ALLÁ POR EL 1994
*En realidad no sé si lo apunté mal, porque en mi recuerdo no era el parque de los Olivos (al que llamábamos coloquialmente de los patos porque tenía patos, que estaba pegado a la carretera principal del pueblo) sino al parque “de arriba”, que estaba en lo alto de un monte, un secarral, que sólo tenía matojos secos y una caseta-columpio de madera con tobogán ancho. Ahora se llama parque Europa, no tiene nada que ver con lo que fue el parque. Pero tampoco es que sea relevante para el sueño, el resultado era ese: elegía acabar mi vida con una piedra.
Por lo general las historias que creaba por aquel entonces las iba escribiendo sobre la marcha, sin nada definido, ni un final decidido de antemano, lo cual a priori hace un poco complicado el tener un final rompedor, de esos buenos que tienen los relatos breves, pero mágicamente siempre acababan apareciendo las palabras y la historia frente a mi. Eso me ocurrió con el Lanzador de Cuchillos, que parece que tiene un final totalmente planificado pero no lo tenía, por lo menos conscientemente. En cambio, en esta historia sabía que quería el leitmotiv y final: algo relacionado con una catástrofe, como una pesadilla, uno que fuese tan al límite que el protagonista sólo pudiera tomar como elección acabar con su vida, de esa forma tan rara, tirándose una piedra a la cabeza.
Como me pareció que este relato era bastante digno, y una de mis historias más impactantes la presenté junto a “El lanzador de Cuchillos” al concurso El Fungible de Alcobendas. Semanas más tarde me llamaron, para comunicarme que había ganado el premio de mi categoría… les pregunté si era por el Lanzador de Cuchillos, pero para mi sorpresa me dijeron que era por este relato-catástrofe.
Esta historia entra dentro de mi top 5, no por el hecho de ser ganadora sino de cómo vino al mundo de esa forma tan rara, a través de un mal sueño.