El Lanzador de Cuchillos

«Jacks era un experto lanzador de cuchillos. Trabajaba en los parques centrales de las más importantes ciudades y nunca fallaba…»

Así comienza una de los primeras «Historias Macabras» (bueno, M.A.Cabras, que M.A. era como me llamaba por aquel entonces mi mejor amiga ). Así me gustaba denominar a mis historias adolescentes de intriga, misterio, terror… y también las escatológicas.

 

Por aquel entonces estaba bastante enganchada a los libros de Stephen King, por lo que no es raro que entre su influencia y mi cabeza creativa empezase a escribir relatos de misterio.
De hecho hubo dos hechos que me impulsaban a crear relatos: por un lado escribía por diversión, para mi misma principalmente, y por otro lado para leerlas a mis familiares y amigos y entretenerles. Al ver que les encantaban seguí escribiendo. Me encantaba encantarles.

 

Un día recopilé todos los relatos que tenía hasta la fecha y se las di a leer a mi profesor de Literatura, Pedro Fajardo, que tras leerlas y corregirlas -supongo que con mucha paciencia y estómago- al devolverme los escritos dijo con voz algo rara “son muy originales”, o algo del estilo. Yo sabía que no era la mejor escritora de la clase… de hecho en mi clase había una chica que era una crack, ganadora de varios concursos, pero a mi eso no me importaba porque yo sólo escribía por diversión e incluso me hacía gracia pensar en la frase de la película «la Máscara»: “eres bueno chico, pero eres un segundón”. Mi único objetivo era la diversión, pero lo que sí tenía claro es que en algunos de mis relatos tenían la esencia de una buena historia breve: un final impactante que es lo que hace que sea memorable y deje sorprendido al lector.

"Ahora la gente quería ver ese increíble espectáculo, la gente gritaba y lo pedía, aún era un poco temprano para ponerlo en práctica, pero en fin, era lo  que quería la gente. Entonces sin pensárselo dos veces dijo: “Está bien, querido público, a continuación pueden ver a esta preciosa señorita. Mírenla bien porque quizás no la vean más así.” Todo el mundo estalló en risas, todos menos la chica que estaba en la tabla, la chica a la que ahora nadie prestaba atención, porque si alguien la hubiese observado detenidamente, se podría haber percatado de que la pobre temblaba ligeramente. A los pocos segundos Jacks dijo «Comienza el juego».

Sobre el Lanzador de Cuchillos

Lo leo ahora y pienso: está escrita de forma algo torpe, tenía poca técnica -no es que ahora tenga mucha más, pero ahí se nota bastante- y en el texto hay bastante erratas, signos de puntuación donde no deberían estar y algún “agujero de guión”, pero he querido mantenerlo tal cual porque lo grande de esta historia es precisamente ese desarrollo que acaba… en un gran final.

A mi me gustaba tanto esta historia que la presenté junto a otro relato llamado “El último Descubrimiento” a los Premios El Fungible de Alcobendas. Cuando me llamaron para decirme que había ganado el premio al mejor relato juvenil les pregunté que si era por esta historia, pero para mi sorpresa fue para “El último Descubrimiento”.

“El Lanzador de Cuchillos” nunca se ganó ningún galardón… bueno tal vez el premio del público familiar/amiguil y el sitio que tiene en mi corazón.

Para leer el relato pincha en el siguiente botón:

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